Tübingen


ya estamos en Tübingen, cerca de la frontera suiza.
llegamos por la ruta - teniamos la ilusion de que es
mucho mas lindo alejarse de la autopista y conocer
la region. es asi, pero eramos muy lentos, cuesta subir
las montanas con "OctoBus" y cansa rapidamente ---
pero --- es lindo!

Nun sind wir über die Landstraße in Tübingen angekommen.
wir dachten es sei viel schöner über Land zu fahren und
die Region kennen zu lernen. Das ist auch so, aber wir
waren sehr langsam und "OktoBus" kostet es viel die
berge hinauf zu kraxeln --- aber --- es ist schön!

una ciudad un poco irreal, lleno de estudiantes una
ciudad como en un cuento, tranquilo, colorido, chiquitito
con muchas librerias, estudiantes, onda bio ...

eine "bessere-Welt-Stadt" mit vielen Buchläden


In Tübingen angekommen haben wir einen wunderschönen
Parkplatz hoch über der Stadt am Schloss gefunden, ohne
Lärm. Dort haben wir an unserem rollenden Haus oder besser
unsrer rollender Baustelle weiter herumgeschraubt. Die
Solaranlage ist nun in Schuss und wir haben nun elektrisches
Licht!

Llegamos a Tübingen y encontramos un lugar bien lindo
al lado del castillo arriba de la ciudad para estacionar
nuestra casa rodante - sin ruido! Seguimos con los arreglos
en el auto. Andan los paneles solares y tenemos luz electrica!




El primer día -caminando a lo de Kolja, Levin y Jenny- escuchamos
un acordeón. Al mismo tiempo probamos nuestro equipo para grabar
sonidos. Seguimos la musica y me imagine un musico en la calle de
russia tocando canciones tristes y alegres... y buscamos y
buscamos y no vimos a nadie en la calle... vino el sonido de
una tienda de ropa de segunda mano y adentro esa mujer tocando
ese instrumento virtuosamente.

Am ersten Tag liefen wir zu Kolja, Levin und Jenny. Die Brötchentüte
in der einen, das Mikro in der andern Hand, checkten wir unser Equipment
um Geräusche zu Bildern aufzunehmen und hörten ein Akkorden.
Ich stellte mir einen russischen Straßenmusiker vor und wir folgten
dem Geräusch, aber weit und breit sahen wir niemanden auf der Straße.
Die Musik lockte uns in einen Second-Hand-Laden, wo diese Frau virtuos
über die Tasten strich.

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